Chile ocupa el octavo lugar entre los países productores de vino, con una producción anual de 10.3 millones de hectólitros. Aproximadamente el 60% de la producción es exportada a diferentes países del mundo, y actualmente la calidad de sus vinos es reconocida a nivel internacional.
Las condiciones climáticas favorables de Chile han permitido el desarrollo de vides sanas, tanto así que es uno de los pocos países que tiene áreas cultivadas en pie franco (sin intervención de injertos con patrones americanos), esto hace que los vinos conserven características especiales de la variedad y del terruño.
Por su ubicación, cuenta con orografía, suelos y clima, que permiten una buena adaptación de diferentes cultivares (propios y foráneos) y por tanto la producción de un variedad interesante de vinos.
El control de la calidad de la uva es el parámetro más importante para obtener buenos vinos. La vendimia en el hemisferio sur, suele empezar en el mes de marzo hasta finales del mes de abril. Esta es una etapa crucial para definir las características del vino que se desea producir y de acuerdo con el grado de madurez de la uva determinar el momento adecuado para vendimiar. Esto permitirá al enólogo producir una variedad de vinos con distintas características que cubran los requerimientos del mercado.
La concentración de azúcar en la uva es un parámetro muy importante de control que debe gestionarse desde el envero hasta la maduración (durante el proceso de maduración con mayor frecuencia) ya que nos indicará los grados probables de alcohol en el vino, que normalmente oscilan entre 11 a 14 °. Para vinos tintos suelen encontrarse entre 12 y 13° y para vinos blancos y rosados entre 10 y 12°.
Otro parámetro de necesario control es la acidez. Los ácidos propios de la uva son el tártarico, málico y cítrico, (este último en menor proporción) y aportan en el producto final características organolépticas distintivas. Durante el proceso de maduración la acidez disminuye hasta valores entre a 4-6 g/l de acidez total expresada como ácido tartárico. Por las razones anteriores los coeficientes de maduración que relacionan concentración de azúcar y acidez son de suma importancia para determinar el momento óptimo de vendimia, en conjunto con la revisión de la madurez polifenólica, que es un criterio que cada día se hace más relevante.
En el producto final, se hace necesario también asegurar que el grado alcohólico y la acidez en los vinos cumplan con las normativas establecidas para cada país, así que estos dos parámetros de control toman importante relevancia en la producción de vino.
Los Refractómetros de la marca Atago, PAL BX/ACID 2 y PAL GRAPE son equipos con los cuales podrás realizar estos análisis de manera rápida, fácil y precisa. (Además de no requerirse reactivos adicionales que generan mayores costes y son poco amigables con el medio ambiente).
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