La calidad del agua potable es un tema de creciente preocupación a nivel global, especialmente debido a la presencia de compuestos químicos como los trialometanos (THM). Estos subproductos de la desinfección del agua se forman cuando el cloro, utilizado ampliamente como desinfectante en los sistemas de tratamiento de agua, reacciona con materia orgánica natural presente en el agua cruda. Esta reacción química genera una serie de compuestos, entre los cuales destacan los trialometanos, que incluyen cloroformo, bromodiclorometano, dibromoclorometano y bromoformo.
El problema radica en que los THM son compuestos volátiles y persistentes que pueden acumularse en el agua potable. Su presencia plantea riesgos significativos para la salud pública. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), la exposición prolongada a concentraciones elevadas de THM está asociada con efectos adversos como daños hepáticos, renales y en el sistema nervioso, además de un mayor riesgo de desarrollar ciertos tipos de cáncer, particularmente en la vejiga.
Medir los THM de manera eficiente representa un desafío técnico y logístico. Tradicionalmente, las mediciones se realizan mediante técnicas de laboratorio, como la cromatografía de gases, que requieren la recolección de muestras y su posterior análisis en un entorno controlado. Este proceso es costoso, consume tiempo y no permite obtener resultados en tiempo real. Además, los compuestos volátiles como los THM pueden degradarse durante el transporte y almacenamiento de las muestras, lo que complica aún más la obtención de datos precisos.
La Problemática de los THM en el Contexto Chileno
En Chile, la creciente escasez hídrica complica aún más la gestión de la calidad del agua. La crisis climática ha reducido significativamente las precipitaciones, mientras que el aumento de temperaturas intensifica la evaporación y disminuye la disponibilidad de fuentes de agua superficial y subterránea. Estas condiciones han forzado a los operadores de agua a recurrir a fuentes con altos niveles de materia orgánica, como embalses o ríos con flujo reducido, que son propicias para la formación de THM durante los procesos de desinfección.
Además, la escasez hídrica genera presiones adicionales en la infraestructura de tratamiento. Las plantas deben operar con mayor frecuencia al límite de su capacidad, dificultando un control riguroso de los subproductos como los THM. Esta situación es particularmente crítica en regiones donde la población sigue creciendo y la demanda de agua supera los recursos disponibles.
Otro aspecto preocupante es el cumplimiento normativo. En Chile, la normativa actual regula los niveles máximos de trialometanos en el agua potable, pero garantizar este cumplimiento en un contexto de recursos limitados y mayor carga orgánica es un desafío. Las empresas proveedoras enfrentan costos crecientes asociados a la implementación de tecnologías más sofisticadas para mitigar los riesgos, mientras que las técnicas tradicionales de monitoreo, como el análisis en laboratorio, son insuficientes para responder a las necesidades urgentes y cambiantes del entorno.
En este panorama, es fundamental contar con soluciones tecnológicas que permitan un monitoreo continuo, preciso y en tiempo real, facilitando la toma de decisiones rápidas y efectivas para garantizar la calidad del agua y proteger la salud de las comunidades.
Una Solución Avanzada: La Tecnología del MS2000
El MS2000 representa un avance en la tecnología de monitoreo gracias a su principio de funcionamiento basado en la "Nariz Electrónica". Este sistema emplea sensores de gas altamente sensibles para detectar y medir las concentraciones de trialometanos en tiempo real. La Nariz Electrónica utiliza una combinación de tecnologías avanzadas para identificar patrones químicos únicos asociados a los THM.
A diferencia de los métodos tradicionales, el MS2000 no requiere la recolección de muestras ni procesos complejos de análisis en laboratorio. Esto permite obtener datos instantáneos y precisos, lo que es crucial para la toma de decisiones operativas en plantas de tratamiento de agua. Además, su capacidad de monitoreo continuo asegura que los niveles de THM se mantengan dentro de los límites regulados, protegiendo tanto a los consumidores como a los operadores.
La Experiencia de YaliTech
La tecnología de la Nariz Electrónica también se emplea en otros modelos como el MS1200 y el MS1900, utilizados en aplicaciones de detección de hidrocarburos en agua. Estos sistemas han demostrado ser altamente efectivos en la industria de agua potable, empresas de alimentos y en la industria minera y petrolera, donde el control de contaminantes es crítico. La experiencia acumulada de YaliTech en la instalación y mantenimiento de estos equipos refuerza su liderazgo en la implementación de soluciones tecnológicas avanzadas para diversas industrias.
Nuestra experiencia nos posiciona como un socio estratégico para la industria del agua, ofreciendo soluciones adaptadas a las necesidades específicas de cada cliente. Nuestro compromiso no solo es con la tecnología, sino también con el bienestar de las comunidades y de los ecosistemas, que dependen de un suministro de agua seguro y de calidad.
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